¿Sabías que existen hasta 11 tipos de clientes distintos y cada uno con sus peculiaridades?
Y según la personalidad de estos se ven atraídos por un tipo de empresas u otras, pero puestos a elegir ¿A qué tipo de clientes queremos atraer?
Lo simplificaré mucho.
¿A los que buscan el precio más bajo o al otro gran grupo de clientes?
Pues cuando las empresas desarrollan estrategias de marketing publicitando ser los más baratos, estos clientes son los que se sienten atraídos.
Veremos los pros y los contras de las estrategias de precios bajos.
Pros:
- Aumento fácil del número de clientes.
- Estrategia de simple ejecución.
- Sustentación temporal de la empresa.
Contras:
- Se irán en cuanto encuentren otro producto más barato.
- No te ayudarán a desarrollarte como empresa.
- Tienden a crear una relación tóxica entre empresa/cliente.
- No recomendarán tu marca.
- Muy baja rentabilidad que puede llegar a ahogar a la empresa.
Volviendo a la pregunta anterior.
Si buscas en estos clientes tu “Éxito”, será temporal, ya que ante cualquier circunstancia desfavorable tendrás que subir los precios y estos se irán.
Si necesitaras desarrollar un nuevo producto, con ellos no cuentes.
Si necesitaras expandir tu marca, ellos no la promocionarán, da igual lo que inviertas en mejorar el producto, ellos solo quieren pagar lo mínimo.
¿Pero qué pasa con el resto de clientes?
Estos clientes tienen sus peculiaridades pero sus objetivos ya son distintos.
Ya que lo que buscan no es solo satisfacer su necesidad, sino obtener un buen valor añadido o simplemente buscan en una marca que se asemeje a su forma de pensar.
En su gran mayoría estos se sentirán atraídos por una propuesta de valor sólida.
Veremos un caso de empresa, estas se dedican a comercializar lo mismo pero con resultados distintos, gracias a la propuesta de valor.
Una Cafetería de barrio y un Starbucks:
- Si eres un cliente que quiere un café al precio más bajo posible, lo más probable es que vayas a una cafetería tradicional.
- Pero en cambio si lo que quieres es disfrutar de una experiencia social y acogedora con tu amig@ acompañado de un buen café, querrás ir a Starbucks.
En un caso pagas 2,50€ por un café y en el otro pagas 5€ por la experiencia acompañada de un café.
Y ahora comparemos el éxito de estas dos empresas.
No quiero decir que tu vayas a ser un Starbucks, pero lo que sí quiero que veas es el volumen de clientes que mueven cada uno de estos dos en comparación.
Los clientes de la cafetería se conforman con cualquiera que les pille de paso, los clientes de Starbucks se desplazan solo para ir a esa cafetería específica.
¿Veis la diferencia?
Centrémonos en atraer este tipo de clientes con una buena propuesta de valor, no vendamos solo el producto, agreguemos toda una experiencia personal y sentimiento a la compra del mismo.
Y así será como ganemos rentabilidad gracias a los mejores clientes, que forman la mejor versión de nuestro negocio.